Aumentado el efecto multiplicador: por más mujeres empresarias

Hay que invertir en emprendimientos femeninos y apostar a que ellas tengan más roles de liderazgo dentro de las industrias.

Camila Salamanca
Directora ejecutiva de Endeavor Colombia

Las mujeres somos extraordinarias creadoras de valor en el mundo empresarial. No es una opinión, es un hecho.

Estudios de McKinsey y BCG han demostrado que impulsar la participación de mujeres en la economía y el liderazgo empresarial no es solo un imperativo social, sino también un motor de crecimiento económico global. Según McKinsey, esta participación podría aumentar el PIB global en US$ 13 billones para 2030. Y, de acuerdo con BCG, las empresas lideradas por mujeres podrían tener un impacto de US$ 5 billones (6 %) en el ingreso mundial. Además, la Iniciativa de Financiamiento para Mujeres Emprendedoras (We-Fi) destaca que las empresas lideradas por mujeres son más rentables e innovadoras y promueven culturas organizacionales más saludables.

Es claro, al liberar nuestro verdadero potencial como mujeres, garantizaremos ese crecimiento sostenible que propicie un cambio positivo, equitativo y duradero en la sociedad.

Quiero invitar a todas las mujeres a unirse a este movimiento de líderes inspiradoras, a que se atrevan a pensar en grande, a construir empresas que sean referentes regionales y globales, a inspirar futuras generaciones y generar cambios reales. Hay muchos casos de éxito. No en vano, uno de los tres unicornios colombianos es liderado por una mujer: Brynne McNaulty. Como este, existen varios referentes en la red global de Endeavor: Loreanne García de Kavak y Marlene Garayzar de Stori (México), Rania Nashar (Arabia Saudita), Rina Onur de Spyke Games (Turquía), Hande Çilingir de Insider (Turquía) o Danila De Stefano de Unobravo (Italia).

Es claro, estos casos no solo son historias de éxito individual, sino modelos a seguir para miles de mujeres que pueden ver en ellas la prueba de que el triunfo empresarial femenino es posible y escalable.
Pero el llamado no es solo a las mujeres, sino a todos los actores del mundo de la inversión. Los invito a apostar por las mujeres emprendedoras. Si sabemos que la inversión en ellas genera beneficios para todos a largo plazo, ¿qué estamos esperando para actuar?

Según el Latam Startup Directory & Ecosystem Insights de LAVCA en América Latina, el capital destinado a startups lideradas por mujeres ha disminuido significativamente en los últimos años, cayendo del 29 % en 2021 al 11 % en el primer semestre de 2024. Además, apenas el 20 % de las inversiones actuales están bajo coliderazgo femenino. Esta tendencia se replica en empresas STEM, donde, pese a su potencial, aquellas dirigidas por mujeres siguen sin obtener el capital necesario para crecer. Es clave entonces no solo destinar capital para invertir en ellas, sino que la industria tenga más mujeres en roles de liderazgo y toma de decisiones, reduzca sesgos implícitos y fortalezca redes de apoyo.

Finalmente, invito a instituciones, corporaciones y Gobiernos a reconsiderar el rol de las empresarias y emprendedoras como una inversión clave para un desarrollo sostenible y equitativo. Los animo a implementar mecanismos que apoyen la creación de empresas de alto impacto lideradas por mujeres. Según el informe Mastercard Index of Women Entrepreneurs, el crecimiento de empresas lideradas por mujeres está limitado por la falta de financiación, de apoyo general a las pymes, barreras estructurales y falta de niveles más altos de educación. Crear buenas prácticas, políticas y mecanismos para reducir estas barreras (por ejemplo, hoy el 80 % de las empresas de mujeres están desatendidas en sus créditos), impulsaría el desarrollo de más mujeres empresarias.

Como mujeres, debemos liberar ese potencial, creer en nuestras capacidades, pensar en grande y considerar el emprendimiento como una opción de vida con la cual tenemos el poder de crear un efecto multiplicador que transforma sociedades y economías.

Somos extraordinarias creadoras de valor. Somos potencial de crecimiento sostenible y equitativo. Somos fuente de cambios reales. Sigamos liberando nuestro potencial.