La importancia de “emprender” en el bienestar y la salud mental
En América Latina, los problemas de salud mental suelen ser subestimados tanto por los habitantes como por algunas entidades gubernamentales, quienes adoptan un enfoque distorsionado basado en creencias y tradiciones que no son acordes a la realidad laboral a nivel mundial.
La OMS ha señalado que el estrés laboral es el peor problema de salud pública global en este siglo. Según esta organización los países solo destinan el 2 % de su presupuesto de sanitario a la salud mental.
Salud mental y el emprendimiento
A pesar de que los empresarios y emprendedores tienen la responsabilidad de proteger la salud física y mental de sus colaboradores, la atención a su propia salud mental queda relegada en un segundo plano.
Sin embargo, según un estudio de la Universidad de Berkeley, el 72% de los emprendedores sufren problemas de salud mental, y tienen el doble de probabilidades de atentar con su integridad física.
Sumado a esto el más reciente estudio del IBD llamado “El factor invisible: bienestar y salud mental para fortalecer el ecosistema emprendedor de alto impacto en América Latina y el Caribe” anunció que: “6 de cada 10 emprendedores/as de Alto Impacto en la región presentan síntomas de bournout moderado y 3 de cada 10 exhiben severos síntomas de malestar psicológicos”.
Además, quienes participaron de esta investigación afirmaron que los factores que más afectaron su bienestar fueron:
- Presión financiera o el levantamiento de capital (73%).
- Presión para innovar en modelos de negocios, financiación y crecimiento (61%).
- Situación económica del entorno (61%).
- Aprovechamiento de las largas horas de trabajo (53%)
- Presión para el éxito en ventas o la escalabilidad a nuevos mercados (50%).
Esto pone en evidencia la necesidad de prestar atención a la salud mental de aquellos que impulsan la economía a través de la innovación y la creación de empresas.
Paradójicamente, el entorno emprendedor puede convertirse en un tabú para abordar el tema de la salud mental, ya que enfatiza en la necesidad de dominio, autonomía y motivación impulsada por los logros. Llevando a los emprendedores a no buscar ayuda cuando enfrentan situaciones de alto estrés.
Los emprendedores pueden experimentar una serie de problemas relacionados con la salud mental, como el agotamiento, la ansiedad, la depresión y el déficit de atención. La fatiga inusual, los cambios de humor y el desgaste mental son síntomas comunes que afectan su bienestar, tal como lo resalta Diego Ballesteros, fundador de Ancla.life, organización que busca prevenir las enfermedades mentales en los emprendedores de alto impacto.
¿Cuáles herramientas debería tener un emprendedor para cuidar su salud mental?
Apalancarse de una comunidad de emprendedores o pares con la cual empatizar es clave. Siempre va a ser de beneficioso escuchar historias o la experiencia de quienes están viviendo una situación similar y aprender qué hacer para lidiar con esas situaciones de estrés, aconseja Ballesteros.
“Cuanto mejor esté el emprendedor, mejores resultados obtendrá para sus emprendimientos”, afirma el fundador de Ancla.life.
Endeavor a través de su red y conexiones en más de 40 países, genera espacios de valor en la que los emprendedores pueden compartir sus experiencias, desafíos y recomendaciones de cómo afrontar detonantes de presión en el ecosistema como la relación con sus VC, lograr sus Unit Economics, relación con sus socios, toma de decisiones difíciles, y el liderazgo de los equipos. Además de tener la oportunidad de participar en actividades que los desconectan de la rutina y los ayuda en su propósito de escalar y multiplicar.
Sumado a esto, los emprendedores pueden identificar a su alrededor personas que le brinden confianza y tener a la mano un equipo de profesionales y coaches que sean de apoyo para ellos y sus colaboradores. Dedicar una hora a la semana a trabajar en aspectos de mejora en rutinas y establecer un horario de trabajo para poder diferenciar los espacios dedicados a la vida personal y lo laboral con tiempo de calidad puede ser de gran utilidad.
Confiar y no tener miedo a delegar, por eso es importante contar con un equipo de confianza y altamente capacitado que le permita reasignar tareas. Un error habitual es pensar que por estar más ocupado se es más productivo (menos, es más).
Por su parte, los emprendedores que prioricen dentro de sus empresas estrategias de bienestar y salud mental pueden incrementar hasta en un 30 % la productividad de sus colaboradores, incentivando un mejor ambiente laboral. Según un informe de la consultora Deloitte, el 61 % de los empleados consideraría dejar su trabajo actual por un empleador que se preocupa más por su bienestar.
Es fundamental destacar que el emprendimiento es un motor de crecimiento económico importante en regiones en vías de desarrollo, como América Latina. Por eso es imprescindible romper con el estigma y fomentar una cultura empresarial que promueva la salud mental en el ámbito emprendedor.
Teniendo en cuenta la presión constante a la que se ven sometidos los emprendedores en su camino al “éxito”, donde no se permiten cometer errores y les cuesta admitir cuando necesitan ayuda. Los líderes deben reconocer que su bienestar es clave para el éxito de sus proyectos y que buscar apoyo profesional no es un signo de debilidad, sino de fortaleza.
Julián Torres, Emprendedor Endeavor; COO de Ontop y autor del libro Hábitos Poderosos, donde destaca la importancia de la salud mental en el emprendimiento comparte estas reflexiones:
“No hay atajos, no hay cambios cortos; solo hay uno y, aunque parezca difícil, doloroso y retador al principio, en realidad es fácil empezar ese camino. No hay que recorrerlo todo hoy mismo y no tenemos que ser expertos. Lo más importante es dar ese primer paso y entender que lo que estamos buscando se encuentra justo ahí.
Permítanse fallar, equivocarse. Fallar y fracasar duele y se siente incómodo. Pero cuando se encuentren en ese lugar oscuro de incomodidad, fuera de su zona de confort, se darán cuenta de que son más fuertes de lo que creían, y ahí es cuando las cosas mágicas comienzan”.
Es importante destacar que es responsabilidad de la sociedad en su conjunto, incluyendo a los gobiernos, instituciones y comunidades, brindar el apoyo necesario para garantizar el equilibrio vida-trabajo. Solo de esta manera se puede construir un entorno emprendedor saludable y sostenible que impulse el crecimiento económico.